El proyecto soluciona un zaguán con 10 peldaños de desnivel hasta el ascensor. Para ello se eliminó el peldaño del umbral de la entrada, se demolió por completo la escalera existente para crear otra mucho más liviana buscando la mayor amplitud posible en el nivel de acceso, de tal forma que en el nuevo embarque del ascensor tuviera la mayor anchura posible. Los buzones originales se trasladaron del entresuelo y se colocaron en el nivel del acceso para reducir recorridos.

Se crearon dos ambientes de iluminación: una luz permanente nocturna formada por un led en la puerta que ilumina el umbral de acceso y los telefonillos junto con una vertical y oculta que enfatiza el acceso al ascensor; y una segunda iluminación de presencia que te acompaña al subir o bajar la escalera complementada con una lineal indirecta que hace más amplio el alto espacio de acceso. 

La escalera blanca adquiere un carácter protagonista del espacio, pues articula el acceso con el entresuelo, pero lo hace de la manera menos invasiva posible, aligerando su presencia lo máximo posible.